sábado, 12 de abril de 2014

TRES

Aún recuerdo tus ojos. Tan grandes, tan abiertos, tan decididos.

Recuerdo esos segundos eternos de silencio, un silencio que retumbaba en toda la sala "¿por qué no llora? Y tu llanto, potente, inmenso, como un rugido.

En estos 3 años has colmado mi vida de tantas cosas.
Has traído luz, color y alegría. ¡Me has enseñado tanto!

Contigo he aprendido...
A exigir lo que creo que merezco. A ser firme en mis conviciones y flexible para cambiarlas. 
A reirme. De todo y de nada. Sin control, sin miedo, sin límite.
Que los besos no se gastan y que siempre hay hueco para uno más.
A ver el mundo en espejo y como adaptarlo a ti.
Lo divertido que es comer con las manos, ensuciarse de barro y pintar con los dedos.
A confiar en ti, a dejarte explorar tus límites, mucho más atrevidos que los míos y no tener miedo.
Que las 7 de la mañana puede ser una hora maravillosa para despertarse si va acompañada de tu risa.
Que el talento para la música es innato, y la habilidad para llenar el escenario también. 
Que la felicidad lo es aún más cuando se expresa por todos los poros de tu piel.
A encontrar una flor en medio del desierto.

Pero, sobretodo, he aprendido lo que es el amor incondicional. Y que para mí también hay.

Gracias osito.


No hay comentarios:

Publicar un comentario