viernes, 7 de febrero de 2014

AMOR INCONDICIONAL

Hoy es una de esas efemérides que duelen.
Hoy hace 4 años que nos dejó una de las pocas personas que me quiso siempre, de manera incondicional, sin cuestionarme, sin chantajes, sin negociaciones, simplemente porque sí.

Aún recuerdo sus consejos, sus historias públicas que contaba mil y una veces, algunos de sus secretos que con los años llegué a descubrir. Su "cuando tú llegaste fue... los otros nietos, también claro, se criaron en casa, pero tú, TÚ eras especial".
Siempre he tenido la sensación que a todos nos hacía sentir el más importante de todos, el preferido. Pero lo hacía tan bien que todos nos lo creíamos. Siempre.

Hace 4 años le di un beso en el hospital. Los dos sabíamos de manera instintiva que era el último. "Hasta pronto" nos dijimos. Se fue feliz, con una sonrisa en los labios. Con la satisfacción de dejarnos en buenas manos, de haber sabido crear una familia y haber podido conocer a la nueva generación.

Pero esa familia se rompió. Y yo le necesitaba. Y de alguna manera volvió.

Osito, ¡te pareces tanto a él!. Físicamente muchísimo, pero lo que más llama la atención es tu carácter, Tan y tan similar a él.
Si tu abuelo, su hijo, mi padre, aún estuviera aquí te diría que compartes su espíritu. Él creía en esas cosas, ¿sabes?. Yo no lo tengo tan claro, pero sí que es cierto que cuando estás cerca le siento a él más cerca. Es como si nos uniera un vínculo invisible, una corriente subterránea. Como si la persona que más quise y más me quiso en el mundo hubiera visto mi soledad y hubiera vuelto a hacerme compañía.

4 años. Son muchos años. Demasiados para estar lejos de él. 4 años para seguir echándole de menos.

Et trobo a faltar, iaio.

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